Hace ya varios años, por el año 95, trabajaba en una escuela urbano marginal de la ciudad de Bariloche. Allí fue que comencé a utilizar la computadora con los chicos utilizando una red que se llamaba Kidlink. A través de esta, los chicos se comunicaban con otros chicos, de distintos lugares, intercambiando experiencias, anécdotas, vivencias.
Todo era muy difícil de llevar adelante, primero porque como docentes no teníamos mucha experiencia con estas herramientas, la conexión de Internet era telefónica y por lo tanto muy lenta. Además al utilizarla quedaba la escuela sin teléfono. Así que mucho no se podía hacer. Los chicos se terminaban aburriendo porque era solo escribir y las respuestas no siempre llegaban.
Después hice varios cursos, aprendí bastantes cosas más y me manejo bastante bien con la computadora. Recién hace poco más de un año que tengo Internet en mi casa, ya que la red no llegaba hasta aquí, y cada vez aprendo un poco más a utilizarlo.
Pero luego de aquella experiencia que relaté brevemente, en las escuelas que estuve no tenía computadoras, o las que había eran muy viejas y no se lograban los resultados esperados. No permitían usar programas educativos interesantes para los niños y tampoco tenían conexión a Internet.
En la actualidad trabajo en una escuela rural, las máquinas que tenemos actualmente son también muy antiguas y lentas, la conexión satelital que tenemos también deja mucho que desear.
Pero aquí estoy, con ganas de aprender cosas nuevas que me permitan aprovechar con los alumnos las nuevas herramientas y con la esperanza de que tengamos algún día en todas las escuelas equipos que nos permitan enriquecer las prácticas educativas.
